MANDELSTAM Y SU ESPOSA MEMORIOSA

Foto de la detención de Mandelstam en 1938
Esta historia les recordará a la novela Fahrenheit 451, de Ray Bradbury. Esta novela, cuyo título hace referencia a la temperatura a la que comienza a arder el papel, narra precisamente un mundo en el que se queman libros por doquier y en ella aparecen los hombres-libro, que memorizan obras para conservarlas. Algo parecido a esto le ocurrió a Osip Mandelstam y a su esposa en la Rusia de Stalin.


Nuestro protagonista fue un poeta ruso nacido en 1891 que tuvo como enemigo nada más y nada menos que a Stalin, entre otras cosas, por escribir un poema contra él. Fue desterrado a los Urales en un primer momento, en 1934, y después de un tiempo volvió a ser condenado, en este caso a trabajos forzados. Murió en un campo de trabajo en 1938. Stalin, sin duda, era un enemigo duro y no sólo llevó a Mandelstam a una situación en la que no tenía casi posibilidades de escribir, sino que además ordenó destruir su obra.


En esta situación, viéndose acorralado, Mandelstam componía los poemas en su cabeza, sin escribirlos, y se los recitaba a su mujer para que ella los memorizara y los mantuviera a su vez en su memoria. De ese modo, en la cabeza de la esposa de Mandelstam, estaban a salvo de cualquier enemigo que quisiera destruirlos. 


Gracias a su mujer Nadiezhda y a su extraordinaria memoria, sus poemas se conservaron y vieron finalmente la luz años más tarde.


Stalin pudo con el poeta, pero no con su poesía. 

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